Los cultivos GMO
o transgénicos son plantaciones de organismos a los que se les han
incorporado genes de otros reinos, con el fin de conseguir una mejor
productividad y así aumentar su rentabilidad. Es decir, están impulsados por un interés
económico, no social, alimentario ni sustentable. Y es mentira que son la respuesta para acabar con el
hambre en el mundo, porque ése es un problema de distribución más que de
producción. Incluso Greenpeace señala que pueden “agravar
el hambre en el mundo”.
A continuación las razones de por
qué yo no quiero plantaciones de transgénicos en Chile:
- Cáncer: A la fecha existen pocos estudios que garanticen que consumir transgénicos es seguro y casi todos son realizados por los mismos dueños de transgénicos. Por otra parte, estudios independientes aseguran que los transgénicos aumentan las probabilidades de desarrollar enfermedades como el cáncer (cada vez más presente en niños), entre otras enfermedades.
- Tóxicos: Los transgénicos utilizan insecticidas increíblemente tóxicos que matan todo a su alrededor y que son creados por los mismos dueños de las semillas transgénicas. Las lluvias de insecticida no sólo afectan a los GMO si no que también al entorno: los agricultores, las comunidades, el ecosistema, la tierra, el agua y obviamente a nuestros alimentos. Otros GMO secretan insecticida (Bt). El exceso de pesticidas genera alergias alimentarias y también puede causar malformaciones, como el caso de la vida y muerte de Julieta Sandoval, quien nació con malformaciones a causa de agroquímicos como el glifosato.
- Nutrición: Los transgénicos son alimentos de mala calidad porque pierden gran parte de sus propiedades nutritivas. Por ejemplo, el maíz tiene 437 veces más calcio que el maíz transgénico.
- Monopolio: Las semillas transgénicas, al igual que cualquier otro “invento”, tienen patentes. Eso quiere decir que los agricultores deben comprar las semillas a la trasnacional “inventora” (AKA Monsanto que ya tiene más de 1.000 semillas patentadas) cada vez que quieran plantar, sin la posibilidad de guardar semillas de un año para otro como normalmente se hace. Actualmente diez multinacionales controlan el 70% del mercado mundial de semillas. Y como dice Marie- Monique Robin, periodista francesa, experta en Agroalimentación, "dominar las semillas es dominar los estómagos".
- Biodiversidad:
Los transgénicos amenazan
la biodiversidad, porque como explica Veoverde, por ejemplo, el maíz "es fértil y se cruza con otros, polinizando variedades puras que se van perdiendo".
- Medio Ambiente: Los transgénicos y sus insecticidas pueden tener graves consecuencias para nuestro ecosistema, ya que entre otros, aumentan la emisión de gases invernadero y la mortalidad de las abejas, las cuales son de vital importancia para la polinización y mantención del ecosistema.
Lamentablemente, ya es difícil no comer transgénicos porque están presentes sin un etiquetado claro en los productos que uno compra en el supermercado (ni siquiera en EE.UU. están etiquetados). Si te interesa, informarte más, te recomiendo que revises este link en donde hay una lista de alimentos con y sin transgénicos.
Vínculo de interés: Chile sin transgénicos