sábado, 8 de septiembre de 2007

Mujeres de ojos grandes

Hace exactamente 7 años me regalaron este libro y hace 15 lo publicaron por primera vez. Y la verdad, sigue en mi pieza a pesar de que lo he releído muchísimas veces. Y me sigue gustando. Esto me hace pensar que es un buen libro para recomendarles.

Son varios capítulos o cuentos sin títulos, pero autónomos entre sí, que tratan de la vida de distintas mujeres adultas, en su mayoría casadas que se enfrentan a romances y problemas de fidelidades e infidelidades. Hasta el momento parece similar a cualquier otro libro. Pero tiene la gracia de ser conciso a la vez que descriptivo y además, aborda muy bien la psicología y sexualidad de la mujer. Por eso parecen reales, la historia de cualquier tía, de cualquier persona. Son sencillos y fáciles de seguir.

Por eso esta obra de Angeles Mastretta es distinta. Porque permite leerlos de corrido o bien escoger alguno -corto o largo- y dejar el resto para después.

Por si las dudas, aquí les dejo un trozo:

"Ya era tarde y la tía Mercedes seguía buscando quién sabe qué cosas en el cuerpo del hombre al que reconocía como el amor de su vida.

Desde jóvenes se habían visto, pero ni ellos mismos supieron bien a bien dónde se les había perdido la primera certidumbre de que estaban hechos para juntarse. Muchas veces el gastaba tiempo en lamentar lo que consideraba un error imperdonable. Sin embargo la tía Mercedes le dijo siempre que nada pudo ser distinto, porque aunque ya nadie quisiera creerlo, el destino es el destino.

Fue tiempo después de casarse cada quien con fortuna o desventura, cuando se volvieron a encontrar en una de esas fiesas en las que de puro tedio todo mundo hubiese querido inventarse otro amor. Una de esas fiestas llenas de pasos dobles y cigarro, esas que sin remedio terminan en pleitos de árabes contra españoles, que no eran ni una cosa ni la otra: los españoles habían llegado a la ciudad hacía cuatro siglos y los árabes hace ochenta años, así que sus descendientes, en realidad, eran poblanos en litigio.

Se miraron de lejos, se fueron acercando y por fin se encontraron en una mesa de unos españoles que ya estaban planeando como romper unas sillas en las crismas de los árabes sentados en la mesa más próxima. En medio de aquél caos, ellos perdieron las palabras, volvieron a prenderse de los gestos, se vieron enlazados sin remedio y sin prisa, hasta quién sabía cuándo (...)"
página 59, "Mujeres de Ojos Grandes", Angeles Mastretta, editorial Seix Barral

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es uno de mis libros favoritos. Muestra la fuerza, la sabiduría, lo especial de diferentes mujeres más allá de la apariencia. Todas y cada una de nosotras tenemos algo especial ¿no crees?, y así nos gusta pensarlo, más allá de lo cotidiano.

Flavia Saldías dijo...

Ángeles Mastretta es seca. Es de mis favoritas (y son pocas). Me gusta mucha Arráncame la Vida. Lo leíste?

Lorena Machuca W. dijo...

Sí, seca! Pero en los últimos años se me cayó un poco. Traté de leer "Maridos", que era como el libro hermano de "Mujeres de Ojos Grandes" y era pésimo! Ni siquiera lo terminé de leer. Lo que me hace pensar que por muy talentosas que las personas sean, no todo les saldrá bien y es su perseverancia y afán de superación lo que las termina haciendo realmente buenas en sus actividades.

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