domingo, 23 de septiembre de 2007

Sobre el documental: "Opus Dei. Una cruzada silenciosa"



“INQUIETAR”

El documental de Marcela Said nos adentra en una realidad desconocida para muchos. En un mundo plagado de religiones, movimientos y fundamentalismos, el Opus Dei ha logrado un poder inigualable que va más allá de una tendencia a tener más hijos o ir más seguido a misa. ¿De qué se trata este movimiento católico que en menos de un siglo cuenta ya con un santo y miles de devotos que curiosamente se encuentran en las cúpulas de poder de nuestro país? Y más allá de eso; ¿quiénes son los que dirigen a este grupo, con qué motivaciones y por medio de qué prácticas buscan llegar a la santificación?

La respuesta pareciera ser simple. Buscan la conversión, pero a través de los diálogos y testimonios presentados en la cinta, se va develando una verdad que sería un poco más alarmante: no se busca la conversión al cristianismo ni al catolicismo, sino a la pertenencia católica dentro del Opus Dei. De este modo, su particular modo de ver la vida –que incluye un orden social en el que los hijos de obreros debiesen morir obreros y jamás salir de su “rol”- se podría expandir por el mundo. Con esto, los ricos seguirían siendo ricos para siempre y sin necesidad de sentirse culpables por ello, mientras que sectores menos acomodados debiesen resignarse a su suerte y dedicarse al “servicio”, con una sonrisa en la cara; como Santa María.

Evidentemente, este planteamiento le ha granjeado al movimiento la simpatía de muchos empresarios que donan cuantiosas sumas a “La Obra”, lo que permite su expansión por medio de exclusivas casas, colegios y la Universidad de Los Andes. Con este sistema, siembran sus ideales en mentes jóvenes y captan nuevos adeptos, que cumplen con el perfil tanto intelectual como económico que se busca para los futuros numerarios y supernumerarios. Esto no quiere decir que personas de menos recursos no puedan integrarse al Opus Dei, pues quienes realizan las labores de servicio de las casas o colegios pueden integrarse a La Obra como “numerarias auxiliares”, claro que bajo otras condiciones. Por ejemplo, no pueden mezclarse con “la otra casta” de numerarias y numerarios ni trabajar fuera de La Obra ya que están dedicadas exclusivamente al servicio dentro de las casas del movimiento, pero sí deben realizar votos de obediencia, pobreza y castidad.

Fotografía ilustrativa de un silicio, obtenida de Internet.


No se puede decir que todo lo relacionado al Opus Dei sea malo. Said explica que son extremadamente meticulosos en el trabajo diario, pues lo toman como un medio de santificación, una forma de poner a Cristo por sobre las actividades cotidianas. Pero, ¿qué hay de los “silicios” y las “disciplinas”-verdaderos elementos de auto-tortura medievales- que aún utilizan los numerarios también como forma de santificación? El documental no lo aborda porque Said considera que eso pertenece al ámbito privado y además hubiese sido muy difícil de conseguir en imágenes dado el secretismo que envuelve al Opus Dei. Sin embargo, si pudiésemos unir los testimonios de manipulación sicológica que han sufrido algunas personas –tanto para entrar, una vez adentro o para salirse- con el uso obligatorio de estos elementos o bien el trato muchas veces degradante que han recibido, tal vez tendríamos casos interesantes de analizar bajo los decretos internacionales de los derechos humanos. Sin embargo muy pocos quieren contar su historia y mucho menos pelear contra un movimiento tan poderoso e influyente.

Quedan muchos puntos sin profundizar sobre el tema y el debate recién comienza. Pero como dijo Said: “yo opté por inquietar. En 52 minutos no puedo pretender contar toda la historia del Opus”.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más turbio que el Opus Dei...jajajajajaja
ehm mejor guardo silencio....ya oie...cada día enchulo más el blog......revisalo y postea...se güenita....jajaj

eso....saludos a tu novio que no lo vi oi en la U

Anónimo dijo...

será q toos somos turbios :)

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